La baja tolerancia a la frustración y la dificultad en la gestión de la ira son dos indicadores que interfieren en el aprendizaje y desarrollo del niño. Identificarlos a tiempo facilita una intervención temprana favoreciendo así su bienestar.
En este artículo hablaremos sobre dos de los indicadores que interfieren en el aprendizaje y bienestar del niño, y algunas pautas que ayudan a que esas dificultades mejoren o desaparezcan del repertorio conductual del menor.
La baja tolerancia a la frustración, se encuentra muy presente en niños y niñas de distintas edades. Este indicador recoge la incapacidad que presenta el niño/a para tolerar contratiempos, pequeñas molestias o deseos insatisfechos de forma inmediata. Cuando se obtiene una elevada puntuación en el estudio díde suele responder a un mal comportamiento del menor tanto en casa (rabietas, enfados para conseguir lo que quiere) como en su interacción con los demás (exigen, ordenan e insisten para tener lo que desean).
Algunas pautas útiles para que los niños/as toleren mejor la frustración.
- No darles todo hecho, dejando que hagan cosas y que puedan aprender de sus errores.
- Enseñarles ejercicios/juegos de relajación, para que cuando se frustre sepa que puede hacer para estar mejor (ejercicios de respiración, de tensión-distensión corporal a través de cuentos, con muñecos…).
- Reforzar las conductas adecuadas, felicitando y halagando al niño/a cuando retrase la rabieta ante la frustración o cuando utilice una estrategia de relajación.
- Motivarles a seguir intentándolo, ayudándoles a practicar aquello que no les sale bien o no dominan (dibujo, juego, vestirse…).
Otro de los indicadores que encontramos en díde y que suele estar unido a la baja tolerancia a la frustración es la dificultad en la gestión de la ira. Este indicador recoge la incapacidad del niño/a para gestionar los sentimientos de ira y frustración de forma adecuada por lo que su capacidad para socializar adecuadamente es muy reducida y le cuesta adaptarse a distintos entornos (escolar, familiar…).
Algunas pautas útiles para que los niños gestionen mejor la ira y el enfado.
- Es importante que el adulto mantenga la calma ya que es su modelo a seguir. No reaccionar gritando o pegando ante sus rabietas ya que el niño aprende que dichas formas de comportarse son adecuadas.
- Evitar la exposición a modelos de respuesta agresiva como los que pueden surgir en ciertas programaciones, películas, videojuegos no aptos para la edad del niño/a.
- Poner límites, estableciendo normas claras y las consecuencias del no cumplimiento de las mismas.
- Reforzar las conductas adecuadas, alabando/premiando al niño/a cuando no muestre comportamientos violentos.
- Proporcionarle actividad física, estimulando su movimiento a través de juegos o juguetes.
Estas prácticas son positivas para llevar a cabo con cualquier menor, presente o no dificultades, ya que refuerzan y enriquecen un adecuado desarrollo a todos los niveles.
La plataforma díde identifica a través de los cuestionarios on line realizados a los padres y profesores de niños de entre 2 y 18 años, indicios de dificultades que están interfiriendo en su bienestar, y orienta con pautas y recomendaciones.
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7 respuestas
Me interesa estos temas..muy buenos.
Muchas gracias, Maria Angélica, si te suscribes al blog, recibirás los artículos publicados. ¡¡Un saludo!!
Me encantaría haber dispuesto de esta herramienta cuando mis hijos eran pequeños. Cuántos disgustos me habria ahorrado. No obstante las pautas aún pueden servirnos a los mayores. Gracias!